Cualquier pequeño gesto cotidiano suma a la hora de cuidar el planeta. Elegir muebles sostenibles, productos de proximidad o reciclar son algunas de las alternativas que se encuentran a nuestro alcance.
Hoy queremos hablarte de la primera de ellas y explicarte por qué este tipo de mobiliario es tan importante dentro del sector del interiorismo.
Muebles sostenibles, ¿qué son exactamente?
Parece que, actualmente, todo es sostenible solo por añadir este calificativo. Sin embargo, para que un mueble cumpla esta condición, debe contar con varias características concretas.
Ecológico, sostenible o zero waste son palabras que no dejamos de escuchar, pero ¿qué diferencia hay?
Ecológico: significa que ha sido elaborado sin suponer daño para el medioambiente, la salud y el bienestar humano, de los animales y de las plantas.
Sostenible: quiere decir que satisface las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Garantiza un equilibrio entre el crecimiento de la economía, el respeto al medioambiente y el bienestar social. Es compatible con los recursos de que dispone una región, una sociedad, etc.
Zero waste: son las actuaciones encaminadas a la reducción y reutilización de productos presentes en nuestra vida cotidiana con el fin de no impactar negativamente en la naturaleza.
Cada vez somos más conscientes de la importancia de conocer de dónde procede aquello que consumimos, cómo ha sido el proceso de obtención, de fabricación e incluso de transporte. El respeto por el medioambiente se ve plasmado en gran parte de lo que adquirimos y este es un valor que aumenta cada día.
Sostenibilidad absoluta
A la hora de elegir mobiliario para nuestro hogar o nuestro negocio, debemos ser conscientes de que el mueble 100% sostenible no existe. Es imposible.
Se trata de conseguir el menor impacto medioambiental, pero reducirlo a cero es totalmente utópico.
Las premisas sobre las que se asienta la concepción sostenible de un mueble son:
Que se haya diseñado bajo un concepto ético y sostenible.
Que todos sus procesos se hayan llevado a cabo respetando el medioambiente al máximo posible.
Para que un mueble se considere sostenible debe contar con estas tres características principales:
Producción sostenible. Como hemos dicho, desde la fabricación hasta el transporte, pasando por la obtención de las materias primas, el proceso de producción debe ser respetuoso con el medioambiente y producir el menor impacto posible.
Fabricación consciente. Una fabricación a gran escala nunca puede ser sostenible. Esta es la razón por la que muchas marcas tan solo trabajan bajo pedido. Además de obtener así un mueble a medida e incluso personalizado, no se producirá un malgasto de los recursos.
Durabilidad. La sostenibilidad busca que los muebles sean de alta calidad y duren en el tiempo. Queremos evitar tener que deshacernos del mobiliario, con corta vida útil, que hay que cambiar por otro al poco tiempo de haberlo adquirido.
La sostenibilidad es una vuelta a lo lento del proceso, a lo artesanal. Es un ritmo de trabajo que permite fijarse en cada detalle de la producción y así poder garantizar que es respetuosa con la naturaleza y con las personas.
Un proceso sostenible
¿Cómo se obtienen entonces los muebles sostenibles?
Las maderas deben proceder de explotaciones controladas.
Deben contar con las certificaciones FSC y PEFC.
El proceso de barnizado UVI debe suponer un 0% de emisión de gases a la atmósfera.
Los adhesivos deben cumplir la norma E1 y contener el mínimo de formaldehídos.
Se deben reciclar y aprovechar las partículas sólidas de subproducto de madera para generar con ellas el 95% de la energía necesaria para abastecer la planta donde se fabrica.
Se deben reciclar y tratar las aguas residuales de dicha planta.
Los muebles sostenibles suponen una gran ventaja puesto que, simplemente por su durabilidad, ya obtenemos una garantía en la que confiar y por la que elegir este tipo de mobiliario.